¿En Francia o en China? ¿Dónde se había creado el paraguas? Aquella tarde lluviosa nos debatimos entre la historia y la leyenda. ¿Cuál sería más cierta?
El otoño estaba aquí, y no había año que Marina no me acompañara a casa de mis abuelos para sacar cajas con la moda de entretiempo e invierno. Cuando éramos pequeñas su buhardilla se había convertido en uno de nuestros lugares favoritos del mundo. Fue allí donde conocimos a Grace Kelly, gracias al viejo proyector del abuelo, y donde surgió el amor incondicional de Marina hacia el Hermès de la estrella de Hollywood… Pero esa historia ya os la he contado.
“I’m singing in the rain, just singing in the rain. What a glorious feeling, I’m happy again”. Marina miraba melancólica por la ventana que asomaba a la Sierra de Guadarrama tarareando a Gene Kelly ‘bailando bajo la lluvia’ en su perfecto inglés. “Definitivamente hemos dicho adiós al verano”. Ya nos lo había anticipado días atrás, mientras preparábamos la maleta de Paula para su viaje de estudiante a Barcelona. “Sabéis quién es Jean Marius”. Aquel día decidió traer 1705 a la actualidad. “¿Recuerdas lo que os conté el otro día?”.
“Jean Marius fue el creador del paraguas plegable, aprovechando su experiencia como fabricante de carteras. Podía llevarse en el bolso y era ideal para moverse sin miedo a los chubascos”.
Las masterclass de moda de Marina nunca se olvidaban. Paula se había llevado a Barcelona un paraguas elegido por nuestra gurú del estilismo. “Lo último de Cuatrogotas que ha traído Mi Piel es precioso. Lo clásico vuelve, y lo está haciendo entre los más jóvenes. Qué bien hizo Paula en llevarse en su viaje el Paraguas Cacharel con estampado floral. Me la imagino paseando por Barcelona al más puro estilo Versalles”. Marina suspiraba, quitando por fin su mirada de la Sierra para continuar desempolvando la ropa de temporada. “Hablando de Versalles… Jean Marius consiguió situar su invento entre los objetos de lujo que estaban consagrando París como el paraíso de toda fashion victim de la época, gracias al aval de Luis XIV, que terminó impresionado con su paraguas”. Quién iba a decir que un ‘simple’ paraguas se convertiría en el buque insignia del chic francés de la época.
Mi abuela asomó entonces tras la vieja puerta del desván: “existe un cuento popular chino que dice que la verdadera creadora fue Lu Mei, una joven que se había apostado con su hermano mayor quién de los dos construiría un objeto capaz de protegerlos de la lluvia. En una noche, Lu Mei creó un bastón del cual surgían 32 varillas de bambú para terminar en una tela que lo cubría todo. Pero esto, es solo una leyenda…” ¡Me encantaban las historias de la abuela! Había algunas ciertas, otras exageradas, otras un poco modificadas y algunas llenas de fantasía. Entre las fantásticas, estaba la de Lu Mei.
A mi abuela le encantaba pasar este día con nosotras. Recordar lo que se llevaba el año anterior, abrir cajas y cerrar otras. “¿Cuáles son las tendencias este año Marina?” Sabía a quién preguntar. “¡Mucho, mucho color! Será un otoño, invierno repleto de pañuelos de seda y mini bolsos de colores llamativos e intensos como el naranja vitaminado o el azul klein, estilos futuristas y preppy. Mmmm tendré que pasarme por Mi Piel para recargar el armario”.
Yo me había adelantado a eso este año. Normalmente voy siempre la última (ya sabéis lo que dicen “en casa del herrero…”), pero en esta ocasión me había hecho con un arsenal de complementos. Entre ellos, las zapatillas de casa que llevaba puestas ese día: unas bailarinas de estampado de pantera con borla de piel sintética de Isotoner.
“La estética no es siempre lo más importante. ¿Sabéis lo que siempre hay que tener en cuenta a la hora de comprar o utilizar un paraguas?” La abuela volvía a reclamar la atención. Yo estaba entonces abriendo la caja de bolsos y carteras que se unirían a las nuevas que había comprado ya en Mi Piel esta temporada. “La tela debe ser siempre impermeable; la estructura, para que no ceda por el viento, tiene que ser dura y a la vez flexible; el bastón, debe tener una longitud correcta. Estando de pie, recto y con los brazos estirados, el paraguas debe llegar hasta la muñeca para no forzar ni brazo ni hombro. Por último, el cuidado. Siempre hay que dejarlos secar completamente desplegados hasta que también se seque la estructura. Al cerrarse o enrollarse, hay que agarrar las puntas de la tela tanto como el mango y enrollar el paraguas uniformemente”.
Hablar de paraguas, lluvia, otoño e invierno me había trasladado directamente a un viaje que habíamos hecho en noviembre, hace ya algunos años, en familia. Las mujeres de la casa: mi madre, mi abuela, Sandra y yo. ¡Mi Piel al completo! Hoy se hubiera unido Adri, y por ello pienso que tal vez habría que repetirlo. ¡Dresde había sido maravilloso! A quien no le gusta un buen mercadillo navideño…
Un comentario en “DE VERSALLES A LA BUHARDILLA DE LA ABUELA. BREVE HISTORIA DEL PARAGUAS”