Aquí nadie elige qué llevar en su maleta. Para eso estamos las demás, sobre todo, si eres estudiante y una novata en esto de pensar en los complementos a estrenar en un nuevo curso fuera de tu ciudad.
Vado in Erasmus!
Aún recuerdo cuando Emma partió a Catania, maleta rodando y mochila -estilo muy masculino, como a ella le gustaba- al hombro. Hace años de aquello, pero parece que fue ayer. “Me voy a las faldas del Etna, donde batallaron normandos, bizantinos, árabes y españoles por dejar su huella”. El legado cultural e histórico que allí sembraron todas esas civilizaciones “es monumental”. Se afanaba en decir siempre. Por fin, había conseguido alcanzar uno de sus sueños. Irse una buena temporada a vivir a Sicilia, a su tan imaginada Italia, dejándonos aquí, a las demás, tristes pero esperanzadas de que esa sería nuestra oportunidad para hacer un viaje de chicas, de esos que tanto nos gustaban.
Esa es otra historia.
¡Lenguas Modernas y sus Literaturas! A estudiar esto que suena tan divertido se fue. La verdad, a una personalidad como la suya, le pegaba mucho una especialidad del estilo. “Fue duro, pero precioso”. Ninguna lo dudaba. “Eres mi Platón del Siglo XXI”. A Marina le parecía increíble la capacidad de estudio que tenía Emma, y eso ¡que ella era profesora! “¿Recordáis, en aquel momento, hace ya 7 años, cuando le hicimos el planning de moda y complementos para su viaje a la bella Sicilia?” Le habíamos hecho, literalmente, la maleta. Y ella se había dejado. Lo único que no nos permitió tocar fue su mochila, repleta de “libros raros y extravagantes”, como yo le decía siempre. Ese era su baúl sagrado, su rincón lleno de secretos. “Te regalamos un neceser de mano de la marca Roll Road”. Recordaba Sofía. “Y una riñonera burdeos de Pepe Jeans”. Eso había sido idea de Marina, poniendo siempre la guinda cool a cualquier estilismo, aunque fuera para subirse a un avión. “Eras la envidia de los aeropuertos”.
“¿Negra o granate?” Paula, la prima de Emma, había puesto patas arriba las cajas de entretiempo que guardaba en su buhardilla. “Estas mini mochilas de Noco Complementos me parecen súper bonitas y combinables con todo. Muy otoñales, como tú. ¡Llévate la granate!”. Paula se iba a estudiar a Barcelona tras los pasos de su modelo a seguir, aunque fuera en territorio nacional. Y allí estábamos todas, cómo no, asesorando -y mandando- sobre todos aquellos imprescindibles para una estudiante que, además de irse lejos a labrarse un futuro, tenía que estar estupenda, “y a la última”. Siempre Marina. Bien fuera en clase, en la biblioteca, en casa o jugando al Mus, si es que en la Universidad de Barcelona también se jugaba al Mus.
Directamente, ¡habíamos arrasado Mi Piel! Paula iba a estrenar en su nueva aventura estudiantil la Maleta de Pepe Jeans amarilla que estaba creando tendencia, no solo por el color, atrevido, fresco y joven; también por su comodidad y funcionalidad. Emma había elegido su mochila: una “preciosa” de Pepe Jeans que había llegado a Mi Piel en los últimos días, pareciera que esperando esta ocasión. Entre todas le habíamos regalado un Bandolera Porta Ipad de Pepe Jeans Bremen porque, directamente, ella era chica ‘generación Ipad’. Este tanto, me lo debe a mí. Sofía, que siempre piensa en lo que no piensa nadie, había optado por meterle en la maleta un accesorio imprescindible del que Paula no se había percatado: unas buenas chilenas de estar por casa de Isotoner. “A ver si dejas ya de ir descalza por ahí y mucho más, si compartes piso”. Y Marina… Bueno Marina es Marina. Comprarse otro bolso más en Mi Piel en lo que iba de año le parecía excesivo hasta a ella, así que, “se lo compramos a Paula y así, tal vez, algún día…” “¡Te lo dejaré!” Una bandolera de Pepe Jeans de imitación ante con asa de macramé intercambiable ponía el broche de oro a los complementos que nosotras habíamos elegido para ella. Sí, que nosotras habíamos elegido.
Al igual que 7 años antes habíamos hecho con Emma en su viaje de Erasmus, ahora lo hacíamos con Paula, en el suyo a Barcelona. “Deja a las expertas trabajar”.
Llegaba el otoño, y con él, las primeras lluvias, de las que dejan el olor a húmedo en la tierra. En ese momento, caía una de esas, haciendo de aquella escena una función casi romántica. “¡Paraguas!” No habíamos comprado paraguas. No es que conociéramos muy bien el clima de Barcelona, pero ¿qué viaje por meses se hace sin paraguas “de moda”? Nos quedaba otra vuelta a Mi Piel a ver lo último de Cuatro Gotas.
“Por cierto… ¿Sabéis quién es Jean Marius?”
Se venía historia del paraguas…
Un comentario en “ESTUDIANTE SÍ, PERO CHIC TAMBIÉN”