En aquella cafetería, un sábado cualquiera, hubo polvos mágicos y también una historia sobre una prenda que enamoró y liberó a la mujer.
Si hay algo que a mi entender nunca pasa de moda, es la minifalda. No es que sea una gran entendida en ‘lo último’, pero mi amiga Marina coincide plenamente con mi opinión, así que no puedo estar muy equivocada. La reina de las tendencias siempre tiene razón. Bien estudiada en pasarelas y looks de influencers, tiene contentísimos a todos los quiosqueros de Segovia. No hay revista lifestyle que se le resista: Vogue, Elle, Vanity Fair… Allí estaba hoy, en la Plaza de la Catedral, tomándose su tercer café de la mañana, revista en mano y Pochette Cebra al hombro.
Mi hermana tenía un día complicado este viernes. Varias gestiones en el banco, no se cuantas compras de “productos básicos” (era un auténtico desastre con la nevera y sus suministros), y un sinfín de trajines seguidos de incansables “no me da la vida, no me da tiempo, no puedo, no quiero, no tengo, no doy”. Así que me tocaba (y tampoco me importaba) hacer de niñera. No hay día que no me ponga mi mochila Animal Print de Noco Complementos que a Adri no se le antoje echarla a la espalda. Parece una pequeña serpiente brillante y yo, ni qué decir, se lo agradezco. Justamente hoy llevo un libro de esos interminables, “¡pero si esto tiene más de 400 páginas!”. Sí Adri, y sin dibujos.
Directa al cuello de Marina y Marina directa a abrir sus brazos hasta casi descuajeringarse. “Yo sé quién te ha regalado esa minifalda que llevas puesta”. Baltasar se la había dejado este año bajo el árbol de mi casa y, desde entonces, Adri se la había puesto… ¿20 veces? No sé si por la minifalda en sí o por la historia que había detrás. Junto a ella, el mago preferido de la familia, le había dejado una carta con una pequeña historia: “Sabemos lo que te gusta la minifalda vaquera de Clara que se pone siempre con ese bolso acolchado negro de Noco Complementos que, también sabemos, se compró en Mi Piel hace unas semanas. En realidad, nos equivocamos con las medidas y nos pasamos haciéndola más larga de la cuenta. Menos mal que Rubb, nuestro elfo diseñador, se dio cuenta y en el último momento, con sus polvos mágicos y alguna que otra palabra que no podemos desvelar, la convirtió en la que va a ser tu primera minifalda”.
“¡Qué listos son! ¿Sabías que la minifalda es la prenda que va a marcar tendencia este 2022?” Marina comenzaba su clase de moda enseñándonos un artículo que estaba leyendo en Harpers Bazaar: ‘Minifalda: la prenda que volverá a ser tendencia en 2022 y los trucos de estilo para llevarla bien’.
Efectivamente la minifalda era la gran favorita este año en el ‘street style’. Tal vez, en las ganas de volver a salir y dejar atrás el pantalón jogger que nos ha acompañado durante días de aislamiento tenga su explicación. Eso, o que simplemente pocas prendas han sido capaces de causar tal revolución desde que Mary Quant la inventó en 1964. “Y pensar que en aquellos años esta ‘atrevida invención’ causó un escándalo”. Marina, siempre reivindicativa. “Qué bonito ver a la legendaria Twiggy o a Brigitte Bardot con ella”.
Es una pieza que lleva mucho tiempo en los armarios. A pesar de ser un clásico, los diseñadores parece que se han puesto de acuerdo este año para reivinicarla. “Yo veo dos motivos: el regreso a la estética de los 2000 y que la próxima temporada primavera-verano será la época del hedonismo y la diversión dentro de la moda”. Pues eso, ella, experta en tendencias. “En algún sitio he leído que las minifaldas de tablas de inspiración tenis o uniforme se alzan como las grandes ganadoras, pero sin dejar de lado a las vaqueras o las de estilo sastre”.
“Yo creo que está de moda gracias a Rubb”. Adri estaba muy segura de su afirmación. Manoseando mi cartera amarilla de Landó, siguió en su discurso: “Creo que mi minifalda quedaría bien con la bandolera Chic de El Potro que vimos el otro día en la página de Mi Piel”. ¡Uy! Aquí hay demasiada influencia de Marina.
Después de la divertida e instructiva clase de moda y últimas tendencias, emprendimos rumbo a Mi Piel. Tenía un pedido que atender y los repartidores de DBarrio estaban a punto de llegar. A diferencia de Felipe, ellos solían ser siempre muy puntuales. Además, en este caso, era un envío bastante urgente…