La historia de cuando Artabán trajo la Navidad a Segovia

Ocurrió el año pasado, durante el encendido de luces. No suelo llevar muchas cosas normalmente en el bolso, sobre todo, porque mis preferidos son los pequeños. “Ahí no te coge ni un boli, Clara”. Sandra era mucho de grandes cestos urbanos -como yo los llamo-, aunque también es verdad que tenía una hija, y los bolsos de madre suelen ser como los bolsos de Mary Poppins. Inseparable estaba últimamente de su última compra en Mi Piel: su nuevo portaordenador preferido de Rosme.

Creo que fue la misma Marina quien comenzó a interferir ferozmente en mi gusto por los mini bolsos. “Cómodo, elegante, y… ¿para qué necesitas más? Luego siempre lo estás perdiendo todo entre sus mil cremalleras”. Era verdad. Sin embargo, aquella noche llevaba mi vieja mochila de aventuras. En invierno, tengo que admitirlo, no hay nada como el espacio. Que si gorro, que si guantes y pañuelos, que si chaqueta de repuesto, que si orejeras, ahora me las pongo, ahora me las quito… 

Aquella noche en mi mochila llevaba un poco de todo y yo, tan relajada me sentí después de un chocolate humeante en la Plaza Mayor de Segovia, que me olvidé de alzarla a la espalda después de tomarme aquel tazón caliente. Por suerte, mi prima M.J. (conocedora de aquella fatídica pérdida) me había regalado en otoño la Mochila Casual de la colección El Potro Chic negra. “Patéate con ella la ciudad, Clara”. Menuda guía de mi propio hogar había sido. Ojalá estuviera aquí ahora. ¡Cómo le iba a gustar explorar Segovia en plena Navidad!

Este año, la Plaza Mayor luce una enorme Caja Mágica que acoge un espectáculo maravilloso de proyecciones audiovisuales y música. Como no podía ser de otra manera, nuestra escapada familiar de chicas de este diciembre tenía que ser por las calles de Segovia, entre arcos y luces, villancicos y mercados. 

Sandra y yo somos muy diferentes… sí, en muchas cosas; pero si hay algo que siempre nos ha unido de manera especial es la Navidad. Algo que, sin duda, habíamos intentado inculcar a mi sobrina. A Adri le encanta la Navidad. A mi me gusta ver como sonríe con cualquier cosa, con cada detalle, con cada juego de luces y colores. También me gusta ver a la ciudad latir, y si hay un momento del año en el que lo hace con especial énfasis, es en Navidad. Veo a mis vecinos, a los de siempre; también a los que vienen a vernos, con el sonido de maletas por las pequeñas calles que ahora lucen bajo un cielo de bombillas de colores. 

Si hay un momento que le encanta de estos primeros días de Adviento es la inauguración del Mercadillo de Navidad. ¡Menuda Plaza Mayor tenemos este año! No es que le guste por las casetas de colores y el olor a castañas -que también-, sino por la presencia del cuarto rey mago, Artabán. “Este cuarto rey mago encaminó sus pasos hacia occidente, guiado por el mapa celestial en busca del niño Jesús, pero nunca llegó al portal de Belén”. “¿Por qué no tía Clara?” Esta historia se la cuento cada año; creo que se acuerda, pero le encantan los cuentos. En algo tenía que parecerse a mí. 

“El cuarto rey mago llevaba consigo una gran cantidad de piedras preciosas para ofrecer al Niño Jesús, pero cuando viajaba hacia el punto de reunión con Melchor, Gaspar y Baltasar encontró en su camino a un anciano enfermo, cansado y sin dinero. Artabán se vio envuelto en un dilema por ayudar a este hombre o continuar su camino para encontrarse con los otros reyes. De quedarse con el anciano, seguro perdería tiempo y los demás le abandonarían. Obedeciendo a su noble corazón, decidió ayudar a aquel anciano”. Me gustaba contarle historias, aunque fuera mientras luchaba por no distraerme entre las casetas de artesanía, textiles, lienzos, litografías, vidrios, antigüedades, chocolate caliente, castañas asadas y empanadas. “Sin embargo, le dio tiempo para rehacer su ruta, cambiar de rumbo y traer, una vez más, la Navidad a Segovia”. El nuevo Tren Navideño acababa de llegar a la Plaza Mayor, justo para poner el punto y final a la bonita historia de Artabán.

Estrellas gigantes, conos enormes, seis photocalls repartidos en varias plazas, arcos especiales con juegos de luz, iluminación espectacular en lugares como en la fachada del teatro Cervantes, árboles tridimensionales y otros más tradicionales… Artabán había traído la Navidad más especial a Segovia, o al menos la que más esperábamos desde hacía tiempo.

“Hablando de Reyes Magos… No me has contado aún que has puesto en tu carta de este año.” A Adri se le iluminaban los ojos cada vez que recordaba que un 6 de enero se avecinaba. Yo le había comprado este año una mini falda preciosa, con una historia igual de bonita.

Publicado por tiendamipiel

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