Una historia de gafas de sol, desde China a Hollywood

Fotografía para el artículo del blog de Tienda Mi Piel, una historia de gafas de sol desde China a Hollywood.

Esta historia sobre las gafas de Sol va de juicios. Desde los jueces chinos de hace no sé cuántos siglos, a mis amigas ‘las sentencias’ y alguna que otra sorpresa.

“¡Silencio! Parecéis el radio patio de mi casa”. Solo Marina es capaz de poner orden al desorden; pero sobre todo solo ella puede callarnos a todas con una sola palabra. “Voy a contaros una cosa que seguramente no sabéis. Hay que empezar siempre por el principio de las cosas”. Marina es profesora de infantil y eso se nota. Se nota en los discursos, se nota en las discusiones, se nota en los debates… Se nota.

“Las gafas de sol no se inventaron para proteger la vista de los rayos de sol. Tienen su origen en China, acabo de leer en Google, que esto ocurrió en el siglo XII. ¿Sabéis qué me ha llamado la atención? Lo hicieron para ahumar los cristales de cuarzo con el objetivo de oscurecerlos, de tal manera que los jueces chinos ocultaran sus ojos y las expresión de su rostro en los juicios para esconder cualquier pista sobre el veredicto final”.

Sofía y yo habíamos convocado al Consejo de Sabias en mi casa para “discutir” sobre las gafas de Sol y, parece ser, sobre mi cara. También como excusa para abrir un vino blanco y disfrutar de un poco de hummus casero. En nuestro viaje a Zahara de los Atunes la semana anterior, habíamos tenido un rifirrafe sobre las gafas que llevaba puestas: las Gafas redondas de Cuatrogotas. Me veía una auténtica hippie de los 70, con un estilo retro a lo John Lennon o Janis Joplin… con mi Bandolera Rosme de la Colección Zurich, y pañoleta en la cabeza. “Sí, sí, muy streetstyle, pero para ponerse unas gafas de Sol, hay que tener en cuenta los rasgos de un rostro. ¡Que no somos jueces chinos!

No me habéis dejado terminar con la historia.” Cómo iba a quedarse Marina con una ‘narración histórica’ a medias… Aunque no sé todavía en qué me iban a ayudar los jueces chinos en este debate. “De China, a Inglaterra. Había allí un óptico, James Ayscough, al que se le ocurrió, varios siglos después, la idea de tintar de color los anteojos que llevaban los enfermos de sífilis para reducir su fotosensibilidad”. 

Emma había sacado entonces su portátil de su bolso de Rosme, no para buscar qué pasó con James Ayscough, sino para buscar en Google ‘gafas mariposa’. No era que no me gustaran las gafas mariposa, todo lo contrario. Los ‘ojos de gato’ los había popularizado estrellas de cine como Audrey Hepburn en los 50. ¡Cómo no me iban a gustar! Simplemente este verano me había empeñado en las monturas redondas, tal vez, porque había visto que eran el trending del año. “Las gafas mariposa imprimen personalidad y elegancia al rostro, los ojos destacan acentuando la expresividad. Le sientan mejor a las personas con rostro en forma de triángulo porque resaltan sus pómulos y mantienen el equilibrio”. Emma me miraba ahora fijamente, analizando cada aspecto de mi cara. “Sentencio a favor de Sofía y las Gafas Mariposa Cuatrogotas”. 

¡Escuchad, escuchad! Esto es súper interesante”. Marina se ponía nerviosa cuando algo le gustaba, y eso había hecho que se balancease la funda móvil de coco charol Noco Complementos que llevaba colgada del cuello. “Las gafas de Sol se pusieron de moda gracias al séptimo arte. La entrada en escena del cine y el éxito de grandes películas y actores a partir de los 30, provocó que estos últimos se vieran abrumados por los focos de las cámaras de los reporteros, acudiendo a las gafas de sol oscuras para evitarlo”. Y nosotras pensando toda la vida que las primeras gafas de Sol habían sido las utilizadas por los aviadores de la Segunda Guerra Mundial. ¡Las famosas Ray-Ban! “Fue la empresa Foster Grant quien llevó a cabo la primera gran producción. Estamos hablando del año 1929, cuando salieron al mercado las primeras gafas de Sol dirigidas a las personas que caminaban por las playas”

Las clases de historia de Marina. A veces no sabía si nos contaba todas estas cosas para que nos enteráramos de algo, para enterarse ella o porque estaba preparando alguna clase para sus niños y nos usaba de primeros pupilos antes del gran día. 

Mucha clase de historia, Marina, pero faltas tú por sentenciar”. Cuando Marina tenía un plan, se le notaba. Su seguridad, su mirada pícara y traviesa, esos labios conteniendo una sonrisa ‘malvada’, y esas conversaciones que parece no van con ella. “Las gafas redondas le quedan bien a Sofía, por la forma cuadrada de su rostro”. Hace un pequeño respiro mientras busca algo en el interior de su nueva Bandolera Noco Complementos de líneas vintage. “Ayer fui a verte a Mi Piel. No estabas; pero sí tu hermana. Me he llevado media tienda, que resulta, no me lo habías dicho, pero está de descuentos especiales de verano. Y resulta que como preparo una clase a mis niños, también preparo nuestros Consejos de Sabias. Aquí tienes tus nuevas gafas mariposa de Noco”.

Estaba claro. Había perdido 3 a 1. 

Publicado por tiendamipiel

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