Hacía mucho que no veía a un turista en Segovia. Eso me hizo soñar con Daiquiris y maletas de colores
Hoy llegan las nuevas maletas. Felipe, el repartidor, lleva un tiempo más puntual, algo que, siendo sincera conmigo misma, no sé si me acaba de gustar del todo. A veces te acostumbras a una cualidad o característica de alguien que, para bien, mal o regular, le hace tener su peculiar seña de identidad. Que Felipe llegue tarde -casi como un estilo de vida-, para mí, era la suya. Y ya lo había asumido, aceptado y… sí, me había llegado a hacer gracia. Siempre acelerado, apenas sin tiempo para intercambiar cuatro palabras que se salieran del normal “buenos días, ¿qué tal?”. Manejaba los repartos como si fueran una extensión de sí mismo. “Malabarista”, le llamo yo a veces.
En Mi Piel nos encanta la primavera. Temperaturas justas, chaquetilla de repuesto, color aquí y allá, días largos; a las nubes les deja de pesar lo que contienen y el cielo se vuelve a veces azul lino, otras ceniza y en ocasiones provenzal. Además, esta primavera tenemos todavía más motivación que otras -mucha más que la anterior, eso seguro-. Este fin de semana, en nuestro “¡Día de chicas!” con mi hermana y la niña, una pareja jovencita se nos acercó para preguntarnos dónde podían encontrar la Oficina de Turismo. “Es la primera vez que venimos a Segovia. Estaremos hoy y mañana aquí y el lunes iremos a Ávila. Hemos aprovechado unos días de descanso y desconexión… Lo necesitábamos, ¿verdad Mateo?”. Me encanta la gente de Segovia, los buenos segovianos. Son -somos- personas amables, educadas, respetuosas a las que también les gusta compartir tiempo y risas en terrazas al sol; pero es cierto que tenía muchísimas ganas de ver nuevos rostros. Como antes.
Los viajeros están volviendo a circular después de un año de atasco. “Clara, vamos a mirar las nuevas colecciones. Hay que hacer los pedidos. ¡Color! Clara, este año con mucho color”. Mi madre es la madre más previsora del mundo. Le gusta tenerlo todo bajo control, hacer las cosas con tiempo y tener un margen para controlar que nada se le haya escapado. Además, le encantaba mirar catálogos y no como parte de un trabajo…¡Es que le chiflan!
En los últimos meses he tenido incontables sueños con otros lugares. Había aviones, palmeras, mucha playa y algún que otro Daiquiri. En uno de los últimos, conocí a un chico rubio, típico surferillo de estos que a mi me hacen soñar. Creo que nos enamoramos, pero no recuerdo cómo ni de qué manera. Si algo tenía claro antes de hacer los pedidos para esta primavera-verano era que tenían que ser alegres, llamar a la aventura, incluso un poco atrevidos; contener un montón de ilusiones, de ganas. Hablar de viajes por sí mismos. Mis sueños me lo estaban diciendo desde hacía tiempo, por eso sé que ahora sí va a ir todo bien.
Las maletas para los más peques me hicieron muchísima ilusión. A veces nos olvidamos que ellos también vienen con nosotros y aunque su ropa sea minúscula hay que contar con el pantalón de repuesto y el repuesto del repuesto. Lo sé por experiencia. Mi sobrina Adriana tiene tres veces mi armario. Hoy han llegado las de Pepe Jeans Ava. Preciosas. Un estilo primaveral sobre fondo azul cielo. Justo lo que quería para esta temporada. Igual de maravillosas son las que pedimos la semana pasada. Las maletas Movom Flower Pot, una manera de llevar contigo la naturaleza a todas partes. “Ojalá hubiera tenido yo unas de estas cuando viajábamos con papá y mamá”. No deja de decir Sandra. Ahora, la que rodaría con ellas, seguro, sería Adriana.
Yo tenía claro que este año iba a renovar el armario del viaje. Mi maleta era ya una maleta anciana, y este verano…me lo merecía. ¡Llevaba dos años sin viajar! Quería estrenarlo todo, maleta de Pepe Jeans Glasgow en azul claro, también gafas redondas de Cuatrogotas que este año se llevaban tanto, la bandolera con asa de colores de Noco Complementos, la funda móvil coco charol, que me encantaba…
Según abría las cajas de pedidos que Felipe me había dejado en la tienda, yo entraba en un bucle de plena seguridad: la alegría había venido para quedarse. ¡Qué gusto de artículos! Mi Piel rebosaba de color primaveral y olía ya a verano. La ensoñación se terminó cuando Sofía entró en la tienda. Terminó o, incluso, se intensificó… “Sofía, ya se donde vamos a sacar a pasear las mochilas de Pepe Jeans Vegan que nos regalamos en nuestros cumpleaños…¿Recuerdas el viaje que teníamos pensado en mayo del año pasado?”
“¿Cuándo quieres que nos vayamos a Zahara, Clara?”
Un comentario en “Esta tienda huele a verano”